Exhibe entre sus principales méritos una enorme riqueza natural y paisajística. De particular interés es el Mirador de Monserrate, desde el cual se puede admirar en todo su esplendor el Valle de Yumurí, rodeado por montañas de poca elevación lo surca el río que le da nombre. Su serena belleza musa de poetas, músicos y pintores goza de la fama de ser uno de los panoramas más hermosos de Cuba. Sobre este Valle se escribió: “Solo faltan Adán y Eva para que sea el paraíso”.
Existe otro mirador en el lugar conocido como Canímar Abajo, nombre que designa un valle y el río que lo atraviesa. Este valle está poblado de espesa vegetación y de cuevas. Siendo el sitio cavernario “Canímar Abajo” el mayor cementerio aborigen a cielo abierto de Cuba y uno de los mayores de las Antillas.
Existencia del tren eléctrico de pasajeros Hersey, único de su tipo en Cuba que conecta la ciudad de Matanzas con La Habana, cuyo trazado atraviesa el Valle de Yurumí, desde donde se observan excelentes vistas panorámicas. Existencia del Estadio Palmar de Junco con un salón de la Fama del Beisbol matancero.
Figura entre sus bellezas naturales las famosas Cuevas de Bellamar y el Valle de Yumurí, que bordea la Ciudad y es probablemente el segundo más conocido en Cuba después del Valle de Viñales. Así mismo, constituyen atractivos los museos Palacio de Junco y Farmacéutico, el Teatro Sauto, el Centro Cultural “La Vigía” y la Ermita de Monserrate.
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