En diversas investigaciones se hace referencia a todo un proceso relacionado con las raíces de la nación, cultura e identidad, su origen, permanencia e impacto con el patrimonio intangible de la ciudad de los puentes, Matanzas Atenas de Cuba.
Leyendas que hacen referencia a la cultura aborigen en Matanzas. Estos grupos humanos a pesar de su exterminio como parte del proceso de conquistas y colonización llegaron a la humanidad, a la nación, a la historia local, a la matanceridad, cuestiones idiomáticas, costumbres, creencias religiosidad y cultura, mitos entre otros.
La India Dormida, es una singular leyenda que permite conocer aspectos relacionados con la naturaleza, la mujer y su papel dentro de la comunidad aborigen, sentimientos, creencias religiosas totemistas, palabras aborígenes, las actividades económicas, la división social del trabajo en la colectividad, entre otros elementos.
El análisis anterior se refleja en:
Y Cibayara, comprensiva, oyó por tercera vez la historia de labios de su hijo: “Baiguana era una mujer muy bella que enloquecía a los hombres porque a todos buscaba y a todos se entregaba… Baiguana, que vivió cuando la bahía de Yucayo estaba seca y era como un valle grande y verde con un largo río que se alimentaba de otros ríos, fue obligada residir muy lejos de la costa. Pero todos los hombres iban hacia Baiguana, y la pesca y la caza eran abandonadas y los sembrados de yuca, de maíz y boniato se perdían. El cacique de entonces, Maguana, fue al río Jibacabuya, que era el más poderoso afluente del río largo, para hablarle a la boca de agua del Dios Murciélago y pedirle consejo; para que el Dios le indicara cómo resolver el asunto de la bella y ardiente Baiguana.
Este relato expresa:
“Y el cacique Maguana llevó de regalo a Baiguana un pescado mágico, cogido por orden del Dios Murciélago en el río Jibacabuya. Y Baiguana lo comió y cuando la luna estaba en lo alto se acostó a dormir frente a su bohío mirando a la Luna… Pero cuando el Sol tiró sus flechas de sangre sobre la tierra, Baiguana se había hecho gigantesca y de piedra… Baiguana ya solamente era una montaña con forma de mujer dormida… Era la India Dormida.
Habían pasado nueve años. Yumurí estaba muerto, abrazado a su amada Albahoa, dentro de las entrañas del río Babonao (hoy Yumurí).
Ahora Yucayo tenía un joven cacique: Guacumao. Y también tenía una bella mujer con sangre de fuego, como la Baiguana convertida en montaña. Esa mujer, de unos diecinueve años, era la irresistible Aibamaya.
En ellas además es posible identificar la jerarquización social que existía en las comunidades aborígenes matanceras, nombres toponímicos, algunos de los cuales han desaparecido y otros han tomado su lugar, así como la existencia de símbolos.
Las leyendas aborígenes matanceras proporcionan una herramienta capaz de aportar elementos al crecimiento del interés por el estudio del patrimonio intangible de la localidad y la nación.
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